En mi familia existe todavía la tradición de que
los padrinos regalen a sus ahijados un roscón de Pascua en estas fechas, y como
alternativa, si los ahijados son niños, también se les puede regalar un huevito
o una casita de chocolate. Supuestamente ésto se hace hasta que los ahijados
son mayores, (mayores de edad), aunque en mi familia existe
una pequeña prórroga hasta que se casan (bueno, o grande, dependiendo de los
años de “single” que uno desee ;) )
Así que este año, recogiendo el roscón de Pascua
en casa de mis padrinos, me he dado cuenta de que ésto que me era tan habitual
cada año ha tocado a su fin. Éste es mi último roscón… y he caído en la cuenta
de lo que todos estos años de roscones han significado.
Me siento muy agradecida por mis abuelos, que son también
mis padrinos… Dos de ellos ya no están, ¡pero hasta desde el cielo me siguieron enviando roscones! Gracias por ser mis abuelos y todo lo que ello implica. Pero
gracias también por ejercer de padrinos y no haberos olvidado de mí como
ahijada, aún a pesar de todos los nietos que tenéis y tantas obligaciones y
responsabilidades. Soy muy afortunada de que seáis mi ejemplo, y deseo ser una
madrina tan maravillosa para mi ahijada, Icíar, como vosotros lo habéis sido
para mí.
Y hablando de ahijadas…. ;P
Hace algo más de once años el teléfono de casa de mis padres
empezó a sonar: era mi tía Esther, que hacía poquito nos había informado de que en unos meses, ella y Emilio serían papás. ¡Os podéis imaginar qué notición! :D
Yo quería ser la madrina, pero claro... “Qué va, para su primer bebé elegirán a alguien más mayor, a algún amigo, o a los
padrinos de boda…”, y en el fondo ya casi había asimilado que no tendría yo esa suerte.
Pero desde el otro lado del teléfono Esther me
preguntó, muy directa, si quería ser la madrina de Icíar… ¡porque sí, me lo
preguntó!, y hasta me pareció absurdo que hubiera la posibilidad de decir que no.
“¡Síííííííííííííí!, ¡¡voy a ser madrina!!" :D
Ser madrina de Icíar es un orgullo, porque es la ahijada que cualquiera desearía tener.
Es delicada, tierna, inteligente, creativa, increíblemente aplicada… y siempre
me recibe con un gran abrazo. Y no me lo da por el rol que nos une…
(incluso en ocasiones me parece que no se acuerda xD ), me lo da por el cariño, ¡y porque ella es así de encantadora como para ir
repartiendo abrazos!
El año que viene creo que no tendré roscón de
Pascua… se cierra una etapa maravillosa de tanto recibir, y preveo que comienza otra todavía más genial: la etapa del dar. No sé cómo será, qué planes tendrá el futuro para Da y para mí... pero tenemos muchas ganas de hacer buen uso de todos estos años de roscones y cariños, y
devolver al mundo todo lo que, sin pedirlo, nos ha dado.